jueves, 31 de marzo de 2011

Carta de Benjamin Button a su hija

Hay un escena de la película "El Curioso Caso de Benjamin Button" que siempre me ha gustado. ¡Toda una filosofía de vida!




Nunca es demasiado tarde, o en mi caso demasiado pronto, para ser quien quieras ser. No hay límite en el tiempo, empieza cuando quieras, puedes cambiar o no hacerlo no hay normas al respecto.

De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa, espero que tu saques la positiva. Espero que veas cosas que te sorprendan; espero que sientas cosas que nunca hayas sentido; espero que conozcas a personas con otro punto de vista; espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa; y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo.






lunes, 21 de marzo de 2011

El Síndrome del Avestruz

Uno de los primeros pasos en todo proceso de coaching es identificar el punto de partida del cliente. Donde se encuentra en este momento en su vida a través de un análisis de las diferentes áreas de su vida. Y parece sencillo pero no lo es tanto. A menudo no somos sinceros con nosotros mismos sobre la situación en que nos encontramos. Escondemos la cabeza como el avestruz y decimos por ejemplo que estamos "rellenitos" cuando en realidad tenemos 15 kg de sobrepeso. Y eso no sería importante si no fuese porque lo que queremos cambiar es precisamente el tema del peso.

Justificamos relaciones muertas o somos infieles por miedo a afrontar la situación de que ya no somos felices con nuestra pareja.

Despotricamos sobre nuestro trabajo pero luego decimos que no estamos tan mal. Que somos afortunados por tener trabajo con la que está cayendo. Y es verdad, somos afortunados. Pero, ¿realmente nos sentimos así?

Evitamos hacer frente a la "realidad" por miedo. Resulta más fácil enterrar la cabeza en la arena que afrontar nuestras responsabilidades sobre nuestra vida.

"¡Oh! ¿Odias tu trabajo? ¿Y por qué no lo dijiste antes? Hay un grupo de ayuda para eso. Se llama "todos" y podemos encontrarlo en el bar." Drew Carey

Y hablo desde mi experiencia personal. Hace años yo me engañaba sobre mi situación profesional. No estaba contenta con mi trabajo e intentaba, por todos los medios y de forma insistente, que mis compañeros y jefes vieran las cosas desde mi punto de vista. ¿Cómo no podían darse cuenta de que lo que estábamos haciendo no nos llevaba a ningún sitio? Decía cosas como: "Estáis equivocados. Esto no es lo importante."

Pensaba que todos iban ciegos porque no veían lo que yo veía con tanta claridad. Y te puedo asegurar que dediqué muchos años y mucha energía en este juego inútil.

Sólo cuando me di cuenta de que el problema no lo tenían ellos, ni mi trabajo, que era yo la que iba por la autopista en dirección contraria pude recuperar mi poder y empezar a resolver esa situación. No fue fácil porque eso me hacia a mi responsable de la situación. Si no me gustaba mi trabajo, si no estaba de acuerdo con mis valores, ¿qué me impedía buscar otro?

Eso me asustó porque ya no podía seguir culpando a otro (trabajo, compañeros, jefes, etc.). Ya no tenía excusa para no actuar. Y eso asusta. Claro que asusta. Pero al mismo tiempo para mi fue muy liberador. Como quitar una venda de los ojos y empezar a ver por primera vez.

No puedes cambiar una situación si te engañas sobre ella. Si la justificas. Si pones la responsabilidad en el otro. Si te pones fuera del problema y no como parte del él. Si no te dices la verdad sobre cual es tu situación actual. Si utilizas eufemismos para explicarlo.

Sólo puedes esperar caminar en la dirección de lo que quieres si eres sincero contigo mismo sobre dónde te encuentras en este momento y empiezas a actuar para cambiar las cosas.

© Iciar Piera Iglesias






jueves, 10 de marzo de 2011

Responder a la llamada de la vocación


"Toda persona tiene su propia vocación o misión en la vida. En ellas no puede ser reemplazada, ni su vida puede repetirse. De modo que la tarea de cada uno es única como su oportunidad específica de llevarla a cabo"
Victor Frankl

Una de las razones de que ahora mismo no estés disfrutando del trabajo de tus sueños es porque has dejado de escucharte. Te has dedicado a escuchar a los "expertos" en lugar de escuchar tu propia voz.

Si ahora mismo no sabes qué te gustaría hacer es porque te has alejado tanto de tu propia voz que desde dónde estás no puedes oírla. Pero que no la escuches no quiere decir que no te siga llamando.

¿Te ha pasado alguna vez que olvidas dónde dejaste el teléfono y cuando empieza a sonar te pones a buscarlo hasta dar con él? Esto es lo mismo, tu teléfono interior puede que lleve un tiempo "sonando" y enviándote "mensajes" a través de tu emoción, ese sentimiento de vacío o descontento.

Quizás haya llegado el momento de prestar atención a esa llamada interna.

Nadie mejor que tú sabe lo que mejor para ti. Nadie puede andar en tus zapatos y por lo tanto nadie puede saber o sentir lo que hace a tu corazón vibrar. Ni siquiera esas personas que tanto te quieren sean tus padres, amigos o pareja. Sólo tú puedes contestar esa llamada que lleva tiempo sonando.

Este artículo es para animarte a que escuches tu propia voz, interpretes tu propia melodía y no te mueras con la música dentro.

Tienes que hacerlo por ti y también por nosotros. Te necesitamos, necesitamos tu talento y habilidades, necesitamos tu alegría y el regalo de tu vocación.

Imagínate la siguiente imagen: una orquesta dónde cada uno de nosotros es el encargado de tocar un instrumento. Y a cada uno le gusta su instrumento, disfruta tocándolo y compartiendo su talento con los demás. ¿Te imaginas la maravillosa melodía que saldría de esa orquesta? ¿No te gustaría y pagarías por oírlos tocar?

Ahora imagina la misma orquesta pero con personas que no están satisfechas con el instrumento que están tocando, quizás les gustaría tocar la viola pero tocan el piano. O les gustaría ser el violín en lugar del trombón. Pero alguien les dijo, o quizás ellos mismos, que no tienen talento para otro instrumento, que no es seguro, o que es lo que tienes que hacer. Entonces tocan porque hay que tocar, sin pasión, sin ilusión, sin ganas, confiando en que el concierto dure poco y puedan salir a disfrutar de la vida.

Todos y cada uno de nosotros somos los solistas de esa orquesta que es la vida. Y todos tenemos nuestro lugar. Todos, incluso tú que mueves la cabeza.

Por eso te digo que tienes la obligación de responder a esa "llamada" porque ese sentimiento en tu interior, es la llamada de tu SER. No dejes de escucharla. Y te aseguro que cuando descuelgues el "teléfono" tu vida cambiará de una forma que ni te imaginas. Y no sólo tu vida profesional se verá influida por prestar atención a esa llamada. Toda tu vida cambiará porque estarás siendo quien en verdad ERES. Y no hay mayor recompensa que ser auténtico y fiel a uno mismo.

En ese momento estarás tocando tu propia melodía y todos disfrutaremos de ella.

© Iciar Piera Iglesias

Gracias a una amiga (gracias Anita) he descubierto este video. No podía pensar en mejor final para esta entrada. La orquesta de la que hablaba antes, sonaría más o menos como este vídeo. Simplemente disfrútalo...


PD: Si no te gusta tu trabajo y quieres descubrir qué te gustaría hacer, mira la información de nuestro próximo seminario: "Silbando al trabajar. Coaching para el cambio de rumbo profesional".