lunes, 20 de noviembre de 2006

El negro


 
Esta mañana he encontrado este artículo de Rosa Montero aparecido en EL País, espero que lo disfrutéis.

"Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa.

Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos.

Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja.

De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países.
De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro.

Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella.

Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".

¿Cual habría sido tu reacción en esta situación?








domingo, 12 de noviembre de 2006

Abrazos Gratis


La iniciativa que hoy comparto contigo nació en 2001 por Jason Hunter cuando murió su madre, una mujer que abrazaba a la gente y daba amor a todo el mundo sin importar la raza, sexo, ni condición.

En otra parte del mundo, Sidney, un chico que vivía en Londres pero que era australiano, volvió a su país natal. Una vez allí, se sentía sólo, sus padres se habían divorciado, se acababa de separar de su prometida y su abuela estaba muy enferma. Para animarse decidió ir a una fiesta, donde una desconocida le regaló un abrazo, ” Me sentí como un rey, fue lo mejor que me ha pasado nunca”, así describe ese momento. Seis meses después de este suceso, un 30 de junio, decidió salir a repartir abrazos gratis a la gente que transitaba por Pitt Mall Street en Sidney.

Ahora esta iniciativa de DAR ABRAZOS ha llegado a España de la mano del cineasta Joan Planas. Ya se ha estrenado en Barcelona y Valencia y pronto se unirán otras ciudades.

Puede que como yo lo hayas visto en la tele y te hayas quedado impresionado. Gente que acaba de conocerse y que se abraza como si fueran viejos amigos. Esta iniciativa tiene una finalidad: abrazar para mejorar el mundo, porque un simple abrazo motiva el corazón y hace feliz a quien lo recibe.

Como dice Joan Planas, ¡cambia la actitud y cambiarás el mundo!

¿Te imaginas que todos saliéramos a la calle a dar abrazos?

Todos necesitamos uno.
¿Nos das el tuyo?



Podeis ver más información sobre esta inicitiva en la web: ABRAZOS GRATIS.

Os recomiendo el siguiente video:



Y su versión española: