Este fin de semana El País me ha regalado dos artículos que me gustaría recomendar. El primero es de Borja Vilaseca titulado: "Un día en la vida del director de personas". Suelo leer sus artículos ya que siempre muestran una visión humana e incluso espiritual de las organizaciones poniendo especial hincapié en las personas. Un soplo de aire fresco.
En esta ocasión nos acerca al mundo de los Directores de Personas. Frente a los modelos tradicionales de Departamentos de Recursos Humanos (centrados sobretodo en labores de control de los empleados, ejecución de labores técnicas y burocráticas como el pago de nóminas o la organización de las vacaciones) están surgiendo nuevos modelos centrados en las personas (no los recursos humanos algo impersonal). Son las Direcciones de Personas (catalizador de la energía, las ideas, la pasión y el entusiasmo de las personas fomentando al mismo tiempo la mejora continua de todos los procesos de la empresa).
Desde esta perspectiva la misión del Director de Personas (lo que en el fondo somos no recursos) es alinear el bienestar de las personas con los beneficios de la organización. Como dice Silvia Vílchez, directora de relaciones corporativas de MRW, macrodepartamento que engloba la gestión y el desarrollo de las personas que trabajan en MRW: "Mi función tiene mucho que ver con ser el puente entre los empleados y la dirección". "Parto de la base de que cada persona es importante, porque su función acaba teniendo un impacto en el resultado final del negocio".
MRW es una empresa de transportes que cuenta con una plantilla de 500 personas, a las que se suman 10.000 más a través de sus 800 franquicias. En el 2006 ha tenido una facturación de 565 millones de euros y están avalados por el ranking Merco (Monitor Español de Reputación Corporativa), así como por los sellos de Empresa Optima, Best Place to Work y Empresa Familiarmente Responsable que garantizan su compromiso por respetar la igualdad y el bienestar de sus empleados. Todo un ejemplo a seguir y una lección para los que piensan que lo más importante son las cuentas de resultados independientemente de los métodos usados. De la gestión basada en el Miedo a la gestión basada en la confianza y en las personas.
Por supuesto este cambio sólo es posible con la complicidad de la cúpula directiva sin cuya ayuda este no sería más que un mero cambio de nombre.
Dejo para un próximo post el artículo de Alex Rovira: "La hoja de Ruta Personal".
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