Empiezo el año 2008 hablando en la Cadena Ser en el programa "Hoy por Hoy" sobre los propósitos, esas buenas intenciones con las que empezamos cada nuevo año y que en la mayoría de los casos abandonamos antes de llegar a febrero.
Una de las barreras a la hora de ver convertidos en realidad nuestros deseos es la perseverancia o la falta de ella. En cierta ocasión leí que hay un lugar donde están todas las cosas que soñamos, todo lo que le pedimos al nuevo año y que abandonamos antes de verlas cumplidas. Yo me imagino este lugar como un gran almacén de objetos perdidos que nadie ha vuelto a reclamar y que languidecen alejados de aquellas personas que un día los soñaron pero que no tuvieron la constancia o la determinación de luchar por ellos. Al igual que en el anuncio en el que un hombre viaja a la vida que nunca tuvo, en este lugar se encuentran el libro que nunca escribiste, el trabajo que no elegiste, el estado físico que nunca lograste, en resumen la persona que te hubiese gustado ser pero que no elegiste ser.
Puedes invertir tu tiempo en quejarte o resignarte o puedes aprovecharlo para luchar por tus sueños y hacerlos realidad. Eso sí, lo segundo implica trabajo, dedicación y voluntad.
El País en su edición del viernes hablaba del caso de Catherine O'Flynn que ganó un prestigioso premio literario británico (Costa Book Award) después de que su primera novela (What was lost) fuera rechazada por una veintena de agentes y editoriales. Y no es la única. J. K. Rowling la escritora escocesa de la saga de más éxito, y más marketing, Harry Potter con 350 millones de lectores en todo el planeta fue rechazada por una decena de editores antes de encarnar el fenómeno literario de dimensiones estratosféricas.
Fuera de la literatura también hay casos como el ya de sobra conocido de Thomas Edison que realizó mil intentos antes de lograr su primera bombilla eléctrica (imagina: uno, dos, tres .....). Cuando se le preguntaba como era capaz de perseverar después de tantos fracasos su respuesta irónica y firme era: "Perdone que le corrija. No he fracasado ni una sola vez. De hecho, ahora conozco mil maneras diferentes de no hacer una bombilla".
En su libro "La Brújula Interior" (que recomiendo) Alex Rovira lo ilustra así:
"Mi meta estaba a 1000 kilómetros. Un poco lejos, en efecto. Así que partí de donde estaba, definí el rumbo y empecé a andar.
Ocurrió que cuando estaba justo en la mitad, cuando llevaba ya recorridos 500 kilómetros, me desanimé. Me sentía cansado y no veía el final.
Así que decidí regresar al punto de partida, volviendo sobre mis pasos y recorriendo de vuelta los 500 kilómetros andados en la ida.
Cuando llegué al origen de mi viaje me sentí cansado, triste y desanimado, porque todo el esfuerzo hecho y el tiempo dedicado no había servido de nada.
Me paré por un momento a pensar, cosa que no había hecho cuando decidí volver ... ¡y me di cuenta de que era un completo imbécil!
Porque había andado 1000 kilómetros y estaba donde al principio, mientras que si los hubiera andado hasta el final me habrían llevado hasta mi objetivo".
Por tanto,
PERSEVERA ..... Y NO LO DEJES PARA MAÑANA.
"Hoy eliminaré de mi agenda dos días: ayer fue para aprender y mañana será la consecuencia de lo que hoy realice".
Da el primer paso HOY, ¡YA!
FELIZ AÑO 2008
Twittear
No hay comentarios:
Publicar un comentario