Cuentan que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga.
Esta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía.
Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía... Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga hizo un alto y le dijo a la serpiente:
¿Puedo hacerte tres preguntas?
No acostumbro a dar este precedente a nadie pero, como te voy a comer, ¡¡puedes preguntar!!, respondió la serpiente.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?, preguntó la luciérnaga.
- ¡¡¡No!!!, contestó la serpiente.
- ¿Yo te hice algún mal?, dijo la luciérnaga.
- No, volvió a responder la serpiente.
- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
- ¡¡¡ Porque no soporto verte brillar!!!
Cuando esto te pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte .... porque tu luz seguirá intacta.
Tu esencia permanecerá, pase lo que pase...
Sé siempre auténtica, ¡¡aunque tu luz moleste a los predadores!!
Gracias Feli por el cuento.
5 comentarios:
Precioso cuento y precioso y valioso consejo.
Un abrazo
Preciosa metafora, ahora cada uno a identificar a sus propias serpientes.
mucha luz
ME contaron esta historia hace un par de días y acabo de topar de nuevo con ella. Hay mucha gente serpiente en esta vida y al final una asume que el problema lo tienen ellos... y hay que caminar y brillar...
Gracias por el cuento.
Gracias a las tres. Realmente es un bonito cuento. Nuestra es la responsabilidad de seguir brillando siendo auténticos. :o)
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