lunes, 18 de enero de 2010

No dejes de brillar



Cuentan que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga.

Esta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía.

Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía... Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga hizo un alto y le dijo a la serpiente:

¿Puedo hacerte tres preguntas?

No acostumbro a dar este precedente a nadie pero, como te voy a comer, ¡¡puedes preguntar!!, respondió la serpiente.

- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?, preguntó la luciérnaga.

- ¡¡¡No!!!, contestó la serpiente.

- ¿Yo te hice algún mal?, dijo la luciérnaga.

- No, volvió a responder la serpiente.

- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?

- ¡¡¡ Porque no soporto verte brillar!!!

Cuando esto te pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte .... porque tu luz seguirá intacta.

Tu esencia permanecerá, pase lo que pase...
Sé siempre auténtica, ¡¡aunque tu luz moleste a los predadores!!

Gracias Feli por el cuento.

5 comentarios:

Ana María dijo...

Precioso cuento y precioso y valioso consejo.

Un abrazo

Eduardo dijo...

Preciosa metafora, ahora cada uno a identificar a sus propias serpientes.

mucha luz

Isabel Villagar dijo...

ME contaron esta historia hace un par de días y acabo de topar de nuevo con ella. Hay mucha gente serpiente en esta vida y al final una asume que el problema lo tienen ellos... y hay que caminar y brillar...
Gracias por el cuento.

Iciar Piera Iglesias dijo...

Gracias a las tres. Realmente es un bonito cuento. Nuestra es la responsabilidad de seguir brillando siendo auténticos. :o)

Anónimo dijo...
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