lunes, 5 de junio de 2006

¿¡Y tú que (S)abes!?


Reconozco que cuando decidí ir a ver esta película no sabía nada de ella. Lo que me llamó la atención fue su publicidad: ¡Descubre la película que te abre los ojos a nuevas posibilidades!

Cuando les pregunto a mis clientes cual es su sueño suelo obtener casi siempre la misma respuesta. Al principio se les encienden los ojos y la mayoría empiezan a hablar atropelladamente sobre aquello que daría sentido a sus vidas y las llenaría de felicidad. Todos tenemos sueños, todos o la mayoría somos capaces de imaginar una existencia más plena, llena de significado y equilibrio. Pero casi todos "creemos" que es algo irreal, un sueño, algo bonito pero inalcanzable. En mis sesiones después de escuchar como mis clientes me relatan sus sueños suelo escuchar frases como: "Bueno, es solo un sueño", "Hay que ser realista", "No puedo hacerme ilusiones", "Eso no es real". Pero ¿qué es la realidad? ¿Qué es real?

La película ¿Y tu que sabes? pretende dar una respuesta a este tipo de interrogantes: ¿Qué es lo que somos? ¿Y la realidad? ¿Cómo la percibimos? ¿Podemos modificarla a través de nuestra mente? ¿Quien es Dios? ¿Cómo actúan nuestros pensamientos sobre nuestro estado de ánimo? ¿Y sobre nuestro cuerpo? ¿Porqué nos empeñamos en repetir comportamientos aún a sabiendas de que eso no nos conduce a nada, incluso a sabiendas de que es perjudicial para nosotros? ¿Podemos CREAR nuestra realidad?

No voy a entrar a valorar si la película responde a estas cuestiones, si los científicos tienen o no razón en sus explicaiones cuánticas, la calidad de la película o si como he leído en internet se trata de un lavado de cerebro de una secta llamada Ramtha. Sin profundizar en el tema científico, esta película se trata de un documental con razonamientos en los que creo y que comparto.

En especial estoy de acuerdo con los directores en el apartado de que cada uno de nosotros somos capaces de CREAR nuestra propia Realidad. En otro artículo de este blog ya hacia referencia a ello al decir qe no estamos aquí para ver lo que la vida nos depara o nos tiene reservado, sino para crearla. Y lo estamos haciendo constantemente por acción o por omisión. Cada día ponemos un nuevo ladrillo en la construcción de nuestro futuro. El que esa construcción sea una oscura chavola o un castillo luminoso depende de nosotros.

¿Es posible que estemos tan condicionados por nuestro día a día, tan condicionados en la forma en la que creamos nuestras vidas que nos acogemos a la idea de que no tenemos control de todo esto en absoluto?








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