jueves, 26 de abril de 2007

Manual de conservar caminos


1) Al principio del camino hay una encrucijada. Allí puedes pararte a pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado tiempo, o nunca saldrás de ese lugar. Hazte la clásica pregunta de Castaneda: ¿cuál de estos caminos tiene un corazón? Reflexiona lo necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el primer paso, olvídate definitivamente de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte con la inútil pregunta: “¿El camino que elegí era el correcto?” Si prestaste oídos a tu corazón antes de ponerte en movimiento, escogiste sin duda el buen camino.

2) El camino no dura para siempre. Es una bendición recorrerlo durante algún tiempo, pero un día terminará, y por eso debes estar siempre listo para despedirte en cualquier punto. Por mucho que te deslumbren determinados paisajes, o te asusten ciertos trechos donde hay que esforzarse especialmente para seguir en pie, no te aferres a nada. Ni a los momentos de euforia, ni a los interminables días en los que todo parece difícil, y el progreso es lento. Más tarde o más temprano llegará un ángel, y tu jornada habrá llegado a su término. No lo olvides.

3) Honra tu camino. Fue tu elección, fue decisión tuya, y en la misma medida en que tú respetas el suelo que pisas, este mismo suelo respetará tus pies. Haz siempre lo más adecuado para conservar y mantener tu camino, y él hará lo mismo por ti.

4) Equípate bien. Lleva un rastrillo, una pala, una navaja. Entiende que para las hojas secas las navajas son inútiles, y que para la hierbas muy enraizadas los rastrillos son inútiles. Conoce siempre qué herramienta hay que emplear en cada momento. Y cuida de ellas, porque son tus mayores aliadas.

5) El camino va hacia delante y hacia atrás. A veces es necesario volver porque se perdió algo, o porque un mensaje que debía haber sido entregado se quedó olvidado en un bolsillo. Un camino bien cuidado permite que puedas volver atrás sin grandes problemas.

6) Cuida del camino antes de cuidar de lo que está a su alrededor: atención y concentración son fundamentales. No dejes que las hojas secas del borde del camino te distraigan, ni que la manera como los otros cuidan sus propios caminos desvíe tu atención. Usa la energía para cuidar y conservar el suelo que recibe tus pasos.

7) Ten paciencia. A veces es necesario repetir las mismas tareas, como arrancar las malas hierbas o cubrir los agujeros que surgieron tras una lluvia inesperada. Que esto no te enfurezca, pues forma parte del viaje. A pesar del cansancio, y a pesar de las tareas repetitivas, ten paciencia.

8) Los caminos se cruzan: las personas pueden explicar el tiempo que hace. Escucha los consejos, pero toma después tus propias decisiones. Tú eres el único responsable del camino que te fue confiado.

9) La naturaleza sigue sus propias reglas: por lo tanto, tienes que estar preparado para los súbitos cambios del otoño, para el hielo resbaladizo del invierno, para las tentaciones de las flores en primavera, y para la sed y las lluvias del verano. En cada estación, aprovecha lo mejor que te ofrezca, y no te quejes de sus particularidades.

10) Haz de tu camino un espejo de ti mismo: no te dejes influir en absoluto por la manera como los demás cuidan de sus caminos. Tú tienes un alma que escuchar, y los pájaros transmitirán lo que tu alma quiere decir. Que tus historias sean bellas y agraden a todo lo que tienes en torno. Sobre todo, que las historias que cuente tu alma durante la jornada se reflejen en cada segundo del recorrido.

11) Ama tu camino: sin este principio, nada tiene sentido.

Copyright @ 2007 by Paulo Coelho



lunes, 23 de abril de 2007

Una vida con sentido


Hay algo que he observado que nos preocupa a todos o casi todos y es el sentido de la vida. A mi consulta de coaching llegan personas que quieren conocer cual es el sentido de su vida o misión. Conocer que es "eso" que les cubriría el vacío que sienten en sus vidas a pesar de tener todas las necesidades cubiertas.

Más que del sentido de la vida a mi me gusta hablar de vidas con sentido.

¿Qué daría sentido a tu vida?

Y dentro de estas vidas con sentido este mes en la revista mente sana viene un claro ejemplo de lo que para mi significa una vida con sentido. Quizás hayáis oído hablar del "Teaming" una fórmula solidaria que consiste en donar un euro mensual para una buena causa elegida entre un grupo de empleados. Suele llevarse a cabo dentro de la empresa y los que ya lo están poniendo en práctica aseguran que mejora las relaciones grupales y añade sentido al trabajo. 

El artífice de esta idea es Jil Van Eyle (asistente personal del entrenador del F. C. Barcelona). Jil era, como el mismo cuenta en la entrevista, una persona obsesionada por el éxito hasta que una crisis personal volteó su vida. Es curioso como la vida nos trae los mejores regalos en forma de situaciones aparentemente negativas. En el caso de Jil Van Eyle esta situación fue el nacimiento de una hija con hidrocefalia.

Me gustaría compartir con vosotros su entrevista, no tiene desperdicio, y animaros a poner en práctica esta idea en vuestras empresas o familias. Yo ya le estoy dando vueltas a algunas ideas....

Entrevista, haz click aquí.

¿Cuales son tus modelos de vidas con sentido? ¿Qué es lo que admiras en ellas? ¿Qué envidias? ¿Qué tienen esas personas que a ti te gustaría tener? Se curioso con lo que te llama la atención de esos modelos y tendrás un punto de partida para empezar a añadir sentido a tu vida.


Feliz y solidaria semana.