jueves, 14 de febrero de 2008

Vive dentro de los límites del día


No he sido capaz de leer el libro de "Practicando en Poder del Ahora" de Eckhart Tolle. Lo he intentado en varias ocasiones movida sobre todo por lo que he oído y lo que me han comentado. Pero no me llega.

Entiendo el concepto de que sólo existe el AHORA, que tanto el pasado como el futuro son una invención, pero mi charlatana, "mi mente inquieta", no para de visitar esos lugares que no existen ;-)). Sé, conscientemente, que cuando estoy en el ahora me siento mejor y que fluyo tranquilamente. No hay resistencia. Pero a pesar de mi conocimiento consciente de los beneficios de estar en el ahora, me cuesta mantener a mi "charlatana" en ese lugar idílico. Siento que va una cabeza por delante de donde yo estoy y me cuesta darle alcance. Es como mi sobrino que dice que dentro de unos años me alcanzará porque tendrá los mismos años que yo en este momento. Yo sé que no podrá alcanzarme porque yo siempre iré por delante de él. Cada vez que él cumpla años, yo los cumpliré también y la distancia nunca será menor de la que existe en este momento. Con mi mente me pasa lo mismo, siento que la distancia entre el ahora y mi mente siempre es la misma y que ella avanza en la misma medida en la que yo lo hago.

Si a ti que compartes este blog conmigo te ocurre algo parecido te ofrezco un hábito que a mí me funciona.

El Dr. William Osler decía que el simple hábito de "vivir dentro de los límites del día" constituía el secreto del éxito y la felicidad en su vida. Era lo que aconsejaba a sus alumnos: "Vivan dentro de los límites del día". Este hábito centra tu atención en las 24 h que componen tu día. Se trata de no mirar hacia adelante ni hacia atrás más allá de las 24 horas. Si ves que te estás yendo hacia la reunión que vas a tener mañana o estás recordando la conversación de ayer, vuelves al momento presente. Y la manera de volver al momento presente puede ser la que te funcione: pararte y respirar, centrar la atención en alguna parte de tu cuerpo, darte un pellizco (¡funciona!). Algo que te ayude a volver a este día (¡el cuerpo suele ser un buen ancla porque el cuerpo siempre está en el presente!).

Con esto no quiero decir que no pasemos tiempo preparando una reunión que tendrá lugar en el futuro o analizando una situación que nos pasó en el pasado. Si tienes que preparar la reunión de mañana, hazlo. Dedica el tiempo que necesites para prepararla bien. No se trata de eso, sino de controlar ese tiempo innecesario que nuestra mente (la mejor guionista que conozco) está imaginándose que es lo que va a pasar antes de que pase (también suele ser una pitonisa fantástica) y recreándose en esa imagen; o volviendo una y otra vez sobre lo que ya ha pasado sin ningún fin, sin aprendizaje.

Puedes percibir cuando es necesario y aconsejable volver al presente por tus emociones. Si notas que te empiezas a sentir mal, vuelve al momento presente, al hoy.

El sufrimiento se produce cuando intentamos hacer algo involuntariamente, algo que no puede ser hecho aquí y ahora. Cuando nos impulsamos a una acción para la que no hay lugar.

Por eso la próxima vez que la charlatana entre en acción y te veas proyectado en mañana o en ayer pregúntate: "¿Qué puedo hacer hoy, dentro de los límites de estas 24 h, con respecto a esto?". Si puedes hacer algo, ¡HAZLO!. En caso contrario, vuelve al presente, A HOY.



lunes, 11 de febrero de 2008

Vive tus sueños

El mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y de correr el riesgo de vivir sus sueños.






miércoles, 6 de febrero de 2008

Un hombre llamado Costumbre



"Un hombre llamado Costumbre siempre iba a trabajar siguiendo el mismo camino. A veces se planteaba si no habría otros caminos interesantes y otras posibilidades que él pudiera encontrar. Cuando esos pensamientos pasaban por su cabeza, sentía una excitación inicial a la que pronto seguía un desagradable "nudo en el estómago". ¿Qué podría pasar si se encontraba con algún peligro o con alguna situación que no fuera capaz de resolver? Esta cuestión siempre acababa afianzándole en la decisión de no abandonar nunca el viejo camino.
Un día Costumbre se levantó, se vistió y emprendió su camino, pero pronto empezó a darse cuenta de algunas cosas sorprendentes en las que en su ensimismamiento habitual no había caído. De pronto, todo su cuerpo reaccionó con angustia al comprender que se había perdido: estaba en medio de un bosque desconocido, y frente a él, apoyado en un árbol, había un anciano.
Costumbre se acercó e intentó despertarle para que le ayudara a encontrar su camino, pero por más que lo intentó, no consiguió que aquel hombre abriera los ojos. Acababa de darle la espalda cuando oyó con absoluta claridad:
- ¡Coge lo que encuentres en tu camino!
Costumbre se giró rápidamente pero sólo vio al mismo anciano que permanecía profundamente dormido. Como empezaba a oscurecer, Costumbre se puso a andar sin saber en absoluto en qué dirección iba. Al fin, la noche cayó y en medio de una gran oscuridad Costumbre llegó a lo que parecía un río. Estaba a punto de cruzarlo cuando oyó de nuevo y con absoluta claridad:
- ¡Coge lo que encuentres en tu camino!
Costumbre se enfureció al no ver a nadie y se puso a gritar:
-¿Qué voy a coger aquí, donde sólo hay barro y piedras?
Sin embargo y por alguna razón desconocida, Costumbre se agachó y cogió a oscuras algunas piedras de la orilla y se las metió en el bolsillo. Agotado después de cruzar el río, Costumbre se tumbó en la blanda arena y notó que las piedras le molestaban para dormir. Al amanecer, Costumbre se levantó enfurecido, se metió la mano en el bolsillo y cuando estaba a punto de arrojarlas, vio que de entre sus dedos salían rayos de luz. Aquello que en la oscuridad de la noche había tomado como simples piedras,
eran raros y valiosos diamantes."
(Madera de Lider. Dr Mario Alonso Puig. Empresa Activa)
Todos en mayor o menor medida tenemos un señor Costumbre dentro de nosotros. Es esa parte que busca la comodidad y que quiere que las cosas sigan como hasta ahora. Protegido en nuestra zona de confort el señor Costumbre nos previene de los "posibles" peligros que nos acechan si nos aventuramos fuera de ese recinto conocido. Sin embargo, en su afán de protegernos también nos impide descubrir esos diamantes en forma de nuevas experiencias, nuevas personas, nuevos retos haciendo que día a día vayamos perdiendo la ilusión y nos preguntemos por el sentido de nuestra vida.

En momentos de lucidez intuimos que hay algo más fuera de esa zona de confort que nos hemos construido, pero el miedo y el desconocimiento hacen que demos marcha atrás y volvamos a nuestro reducto de "comodidad". Pero en el fondo no estamos cómodos sentimos que nos estamos perdiendo algo, que la vida es mucho más y que al otro lado de ese mar inmenso que rodea nuestra isla hay mucha vida.

"No se pueden descubrir nuevos océanos si no se tiene el coraje de perder de vista la playa"

Te invito a que crees tu propio señor Costumbre. Imagínate como va vestido, como habla, si es hombre o mujer, que tipo de diálogo utiliza contigo... Sácalo fuera de ti y si eres buen dibujante haz un dibujo que lo represente. ¿Qué te aporta? ¿Qué le da el poder? ¿Cuál es el valor que representa en tu vida? Este ejercicio te permitirá empezar a dejar de identificarte con él. Ese no eres tú, es sólo un personaje de los múltiples que te componen.

¿Qué papel quieres que juegue en tu vida?



martes, 5 de febrero de 2008

Cuenta corriente de confianza


La confianza en la base de las relaciones personales. La gente hace negocios con quien tiene confianza. Mantenemos una cuenta corriente de confianza con cada una de las relaciones de nuestra vida. Cada vez que interactúas con alguien estás haciendo depósitos en esa cuenta o efectuando reintegros.

Cada vez que cumples con un compromiso que has adquirido, cada vez que encuentras un momento para dar las "gracias", cada vez que demuestras verdadero interés por alguien y cada vez que ayudas de verdad a alguien estás haciendo un depósito.

Cada vez que no haces lo que dijiste que harías, olvidas devolver una llamada, hablas mal de alguien a sus espaldas, llegas tarde a una cita, pospones hasta un mejor momento, o no entregas un producto de calidad estás haciendo un reintegro.

Los depósitos diarios profundizan la relación y los reintegros la disminuyen.

Al igual que pasa con una cuenta corriente cuando has hecho muchos depósitos, has invertido mucho en tu cuenta de confianza, puedes efectuar algunos reintegros sin muchos problemas.

Imagina que en tu relación con tu pareja te muestras puntual, la llamas cuando dices que lo vas a hacer, le dedicas tiempo y atenciones, le das las gracias por su apoyo y la apoyas cuando lo necesita. Es decir tienes una saneada cuenta corriente de confianza. ¿Qué pasaría si tuvieses que cancelar alguna cita por una complicación en el trabajo? Lo normal es que no se molestase y entendiese la situación debido a los depósitos que has hecho.

Ahora imagina que eres una persona que habitualmente llega tarde, cancela las citas programadas, se te olvida felicitar los cumpleaños, no llama cuando prometiste hacerlo. Es decir has hecho muchos reintegros en tu cuenta. ¿Qué pasaría si tuvieses que cancelar alguna cita por una complicación en el trabajo? Probablemente no te crea. Y si tu cuenta corriente de confianza ya está en números rojos ese sea el fin de la relación.
¿Cómo de saneada esta tu cuenta corriente de confianza con cada relación de tu vida? ¿Con tu pareja? ¿Con tus hijos? ¿Con tus amigos? ¿Con tus compañeros de trabajo? ¿Con tu jefe? ¿Tus padres, alumnos....?
¿Y cuál es el estado de tu cuenta corriente de confianza contigo mismo?

Te invito a que durante esta semana te retes a ti mismo a hacer un depósito diario en la cuenta corriente de confianza de cada una de tus relaciones personales.