jueves, 12 de julio de 2007

Cosas que hacen que la vida valga la pena



En la película del mismo nombre protagonizada por Ana Belén y Eduard Fernandez, al final de la película hay dos locutores de radio que leen una lista de cosas que para cada uno de ellos hacen que la vida valga la pena. Recuerdo que cuando vi la película al finalizar me hice mi propia lista de cosas que dan valor a mi vida y hacen que valga la pena.

Hoy revisando mis libretas he encontrado esa lista. La he vuelto a leer y ha sido como traer a la memoria y al presente todas esas cosas. Por un momento han vuelto a mí y no he podido dejar de sentirme feliz.
El ejercicio que hoy te propongo se llama como la película: "Cosas que hacen que la vida valga la pena". Pon música que te guste o enciende una vela. Deja que tus pensamientos floten como burbujas. Luego, de manera tranquila y reflexiva piensa en cosas que te hacen feliz. Anota los números del uno al cincuenta y escribe cincuenta cosas que te producen placer.

1. Mis sobrinos Alvaro y Diego
2. La siesta en verano
3. Un paseo por la playa al atardecer
4. Andar descalza
5. El mar
6. Una sala oscura de cine
7. Una noche estrellada
8. Las sábanas recién puestas
9. El chai tea latte del stark bucks
10. La tortilla de patatas
11. Empezar un buen libro
12. Una charla con amigos
13. Leer el periódico el domingo por la mañana en un terraza mientras desayuno (sóla)
14. Ver un musical
15. Asistir a un espectáculo del Circo del Sol
...........
La felicidad no es sólo un estado de ánimo: es una decisión. Escribir una lista de cincuenta placeres hace que nos demos cuenta de lo simples que son algunos, y de que podemos ser felices con cosas muy sencillas.







viernes, 6 de julio de 2007

Si me ves...



Si me ves cansado fuera del sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer camino.

Si me ves sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedo, porque ya no sigo...

Ven a recordarme cómo es un comienzo,
ven a desafiarme con tu desafío.

Muéveme en el alma, vuélveme al impulso,
llévame a mí mismo.

Yo sabré entonces encender mi lámpara
en el tiempo oscuro, entre el viento frío.

Volveré a ser fuego desde brasas quietas,
que alumbre y reviva mi andar peregrino.

Vuelve a susurrarme aquella consigna
del primer paso para un principio.

Muéstrame la garra que se necesita
para levantarse desde la caída.

Si me ves cansado fuera del sendero,
sin ver más espacios que el de los abismos.

Trae a mi memoria que también hay puentes,
que también hay alas que no hemos visto,

Que vamos armados de fe y de bravura,
que seremos siempre lo que hemos creído.

Que somos guerreros de la vida plena,
y todo nos guía hacia nuestro sitio.

Y que un primer paso, y que un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.

Que el árbol se dobla, se agita, estremece,
deshoja y retoña, pero queda erguido.

Que el único trecho que da el adelante
es aquel que cubre nuestro pie extendido.

Si me ves cansado fuera del sendero,
solitario y triste, quebrado, herido.

Siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo.

Y dime . . . ¡SE PUEDE!, e insiste,
¡SE PUEDE!,
hasta que yo entienda que puedo lo mismo.

Que tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.

Y, tal vez, si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.

Que la unión es triunfo
cuando hombro con hombro vamos,
¡sí, se puede!, con el mismo brío.

Si me ves cansado fuera del sendero,
lleva mi mirada hacia tu camino.

Hazme ver las huellas, que allá están marcadas,
de un paso tras otro por donde has venido.

Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio.

Que abriré otro rumbo porque sí he creído,
QUE SIEMPRE SE PUEDE...
se puede, mi amigo!

"Autor Desconocido"