sábado, 23 de febrero de 2013

Abrete a la Tristeza


Siempre que te sientas triste, siéntate en silencio y deja que esa tristeza te invada; no trates de escapar de ella. Siéntete lo más triste que puedas. No la evites. Recuerda esto. Llora al máximo, tírate por el suelo, revuélcate...y deja que desaparezca por sí misma. No la expulses; se irá, porque nada permanece para siempre.

Cuando se vaya, te sentirás descargado, absolutamente aliviado, como si toda fuerza de la gravedad hubiera desaparecido y pudieras volar, sin peso alguno. Es el momento de entrar en ti mismo. Primero, ábrete a la tristeza. Corrientemente, no te abres a ella; buscas sistemas para poder fijarte en otras cosas; vas al restaurante, te reunes con amigos, lees un libro o vas al cine, o tocas la guitarra; haces algo para poder sumirte en ello y distraer tu atención.

Has de recordar esto: cuando te sientas triste, no te pierdas la oportunidad. Cierra las puertas, siéntete tan triste como puedas, como si el mundo entero fuera un infierno. Sumérgete en ella, profundiza en ella. Deja que cualquier pensamiento de tristeza te invada, deja que la emoción te agite. Y llora, gime, exprésate...en voz alta...no tienes por qué preocuparte.

En primer lugar, vive esa tristeza durante unos días, y cuando la tristeza desaparezca te sentirás muy calmado, tranquilo, como tras una tormenta. En ese momento siéntate en silencio y disfruta del silencio que está apareciendo en ti. No lo has provocado; te abriste a la tristeza. Cuando la tristeza desaparece, en ese espacio, surge el silencio. Escúchalo. Cierra tus ojos. Siéntelo...percibe su textura...su fragancia. Y si te sientes feliz, canta y baila.

Osho

Aunque este texto de Osho habla de la tristeza, se puede aplicar a cualquier emoción que estés experimentando en este momento en tu vida. Darse permiso para sentir la intensidad, abrirte a la emoción, dejar que esté ahí, dejarla que se mueva, que aumente. Sentarte con ella al igual que si fuese un hijo tuyo que está experimentando esa misma emoción y que lo único que necesita de tu parte es que le acompañes, que le des cariño, que lo escuches. La emoción es ese niño incómodo con el que no queremos estar, ese niño triste, enfadado, frustrado, perezoso, cuya compañía queremos obviar pero que lo único que reclama es atención, presencia, cariño. No necesita de nuestra parte más que comprensión. No necesita que lo analicemos, que le demos soluciones, que interpretemos lo que está sintiendo por él. Sólo necesita nuestro silencio, nuestro abrazo silencioso para calmarse.

Cuando mi hermano era pequeño solía tener episodios de terrores nocturnos. Se despertaba en medio de la noche y empezaba a llorar mirando a la pared. Mi madre se acercaba a la habitación y le cogía en brazos. Mi hermano gritaba, "míralo mama, está ahí" con los ojos abiertos aunque profundamente dormido. Al principio mi madre intentaba razonar con él, decirle que no había nada en la pared, que estaba a salvo, que ella estaba con él. Pero mi hermano seguía angustiado llorando, con miedo,  mirando fijamente a la pared. Luego mi madre simplemente le abrazaba, estaba con él, le acunaba hasta que poco a poco él se iba relajando y durmiendo de nuevo.

Nuestro niño interior dolido no necesita que razonemos con él, simplemente necesita que le escuchemos, que respetemos su sentir sin juicio, sólo necesita nuestro abrazo sentido para calmarse de nuevo. Entonces como dice Osho surge el silencio, surge la transformación.

*** La pintura que sirve de introducción a esta entrada aunque se ha atribuido en ocasiones a Gustav Klim es de una pintora francesa, Anne Marie Zylberman, y se titula "Lágrima de Oro". Todas sus pinturas, con una cierta semejanza a Klim son preciosas pero esta es una de mis favoritas.  Podéis ver más obras de esta autora si la buscáis en internet. Seguro que alguna más se dejará caer por este espacio.





viernes, 15 de febrero de 2013

Porqué lo llaman amor cuando quieren decir adicción



"Las personalidades no aman, quieren algo." Byron Katie
En las primeras etapas de muchas supuestas relaciones románticas, es bastante común que las personas representen personajes con el fin de atraer y retener a quien quiera que el ego perciba ha de ser la persona que "me dará felicidad, me hará sentir especial y satisfará todas mis necesidades".
 
"Representaré el papel de quien deseas que yo sea, y tú desempeñarás el papel de quien yo deseo que seas". Ese es el acuerdo tácito e inconsciente. Sin embargo, representar personajes implica un gran esfuerzo que no se puede mantener indefinidamente, en particular después de que se inicia la vida en común. ¿Qué queda cuando se abandonan los personajes? Infortunadamente, en la mayoría de los casos no queda todavía la verdadera esencia de ese ser sino lo que cubre la verdadera esencia: el ego desnudo privado de sus máscaras, con su cuerpo de dolor y sus frustraciones que ahora se convierten en ira dirigida principalmente contra el cónyuge o la pareja por no haber eliminado el miedo subyacente y la carencia, elementos intrínsecos del sentido egotista del ser.
 
En la mayoría de los casos, el llamado "enamoramiento" es una intensificación de los deseos y las necesidades. Nos volvemos adictos a otra persona, o mejor, a la imagen que hemos fabricado de ella. No tiene nada que ver con el verdadero amor, el cual no conoce la carencia. El español es el idioma más honesto con respecto a las nociones convencionales del amor: te quiero significa a la vez "te deseo" y "te amo", pero ésta última expresión, en la cual no hay esa ambigüedad, rara vez se utiliza, quizás porque el amor verdadero es igualmente escaso.
 
A menos que accedas a la frecuencia consciente de la presencia, todas las relaciones, y, en particular las relaciones íntimas, acabarán fracasando y siendo disfuncionales. Puede que parezcan perfectas durante un tiempo, mientras estás "enamorado", pero esa perfección se altera invariablemente a medida que van produciéndose discusiones, conflictos, insatisfacciones y violencia emocional o incluso física..., momentos de tensión que suceden con creciente frecuencia. Parece que la mayoría de las "relaciones amorosas" pasan a convertirse muy pronto en relaciones de amor/odio. En ellas, el amor puede dar paso en un abrir y cerrar de ojos a una agresividad salvaje, a sentimientos de hostilidad o a la total ausencia de afecto. Esto se considera normal. La relación oscila un tiempo, unos meses o años, entre las polaridades de "amor" y odio, y produce tanto placer como dolor. Es bastante habitual que las parejas se hagan adictas a estos ciclos.

La carga dramática hace que los miembros de la pareja se sientan vivos. Cuando se pierde el equilibrio entre lo positivo y lo negativo, y los ciclos destructivos se presentan con mayor frecuencia e intensidad - algo que acaba ocurriendo antes o después -, la relación no tarda en colapsar. 

Puede parecer que todo estaría bien y la relación florecería estupendamente si lograras eliminar los ciclos negativos o destructivos; pero eso es imposible. Las polaridades son interdependientes. No se puede tener una sin la otra. Lo positivo ya contiene en sí la semilla de lo negativo. Ambos son, de hecho, aspectos de la misma disfunción. Aquí estoy hablando de lo que suele conocerse como relaciones románticas; no del verdadero amor, que no tiene opuesto porque surge de más allá de la mente. El amor, como estado continuo, aún es muy raro y escaso, tan escaso como un ser humano consciente. No obstante, puede haber breves y elusivos vislumbres de amor cuando se producen discontinuidades en la corriente mental.

Resulta más fácil reconocer como disfuncional el lado negativo de una relación que el positivo. Y también es más fácil que veas el origen de la negatividad en tu compañero o compañera que en ti mismo. La disfuncionalidad puede manifestarse de muchas maneras: posesividad, celos, control, retraimiento y resentimiento no manifestado, necesidad de tener razón, insensibilidad y ensimismamiento, exigencias emocionales y manipulación, tendencia a discutir, criticar, juzgar, culpar o atacar, rabia y venganza inconsciente por el daño sufrido en el pasado a manos de un padre, ira y violencia física.

En el aspecto positivo, estás "enamorado" de tu compañero o compañera. Al principio, éste es un estado satisfactorio. Te sientes inmensamente vivo. Tu existencia adquiere repentinamente significado porque alguien te necesita, te quiere y te hace sentirte especial, y tú haces lo mismo por ella o él. Cuando estáis juntos, os sentís completos. El sentimiento puede llegar a ser tan intenso que el resto del mundo parezca insignificante.

No obstante, quizá te hayas dado cuenta de que esta intensidad tiene una cualidad de necesidad y apego. Te vuelves adicto a la otra persona. Él o ella actúa sobre ti como una droga. Cuando la droga está disponible te sientes muy bien, pero la posibilidad o el simple pensamiento de que esa persona pueda no estar disponible provoca celos, posesividad, intentos de manipulación mediante chantaje emocional, culpas y acusaciones; en resumen: miedo a la pérdida. Si la otra persona te abandona, ese hecho puede dar lugar a la mayor hostilidad o a la pena y a la desesperación más honda. La ternura amorosa puede convertirse en una agresividad salvaje o en un dolor horrible. Y en tal caso, ¿adónde ha ido el amor? ¿Puede el amor transformarse instantáneamente en su opuesto? ¿Fue amor lo que hubo en primer lugar o sólo un apego adictivo?

Eckhart Tolle, "El Poder del Ahora"






jueves, 14 de febrero de 2013

Mi regalo de San Valentín



"Tu tarea no es buscar el amor, sino tan sólo buscar y encontrar todas las barreras internas que has creado contra él" Rumi

No creo mucho en San Valentín. Es una fiesta que nunca he celebrado, ni cuando tenía pareja ni sin ella. Hoy siguiendo una práctica que ya he comentado en alguna ocasión, he cogido un libro y lo he abierto por una página al azar, y me he encontrado con esta carta. ¡Me ha dejado alucinada!

¡A ver si va a ser que San Valentín sí que cree en mí! Sorpresa

Querida:

Todo el mundo ansía entregarse a otro, tener una profunda relación de alma a alma con otro, ser amado total y exclusivamente, pero yo digo "No". Hasta que estés satisfecha, realizada y contenta de estar sola, de darte completa y totalmente a Mí, no estarás preparada para tener la relación única e intensamente personal que he planeado para ti. Nunca estarás unida a nadie o a nada más hasta que estés unida a Mí. Quiero que dejes de hacer planes, dejes de desear y empieces a permitirme que te dé el plan más excitante que existe, uno que no puedes ni imaginarte. Quiero que tengas lo mejor. Por favor, permíteme que te lo dé.

Debes seguir mirándome mientras esperas las cosas más maravillosas. Sigue experimentando la satisfacción de que Yo Soy. Sigue escuchando y aprendiendo las cosas que te diré. Espera. Eso no es todo. No seas ansiosa. No te preocupes. No mires lo que otros tienen o lo que les he dado. No mires lo que crees que quieres. Sólo sigue mirándome a Mí o te perderás lo que quiero mostrarte. Y entonces, cuando estés preparada, te sorprenderé con un amor más maravilloso de lo que hayas podido soñar.

¿Sabes?, hasta que estés preparada y hasta que quien tengo para ti esté preparado (estoy trabajando ya en teneros preparados al mismo tiempo), hasta que ambos estéis satisfechos exclusivamente conmigo y con la vida que he preparado para vosotros, no podrás experimentar el amor que ejemplifica tu relación conmigo. Éste es el Amor Perfecto.

Y, querida, quiero que tengas este maravilloso amor. Quiero ver al natural una imagen de tu relación conmigo, y disfrutar material y concretamente de la unión sempiterna de belleza, perfección y amor que te ofrezco. Te amo totalmente. Créelo y date por satisfecha.


Con todo mi amor, 

Dios











jueves, 7 de febrero de 2013

De dentro hacia afuera


Entendí que la verdadera felicidad y gozo sólo podría encontrarlos amándome a mí misma, entrando en mi interior, siguiendo mi corazón y haciendo aquello que me diera alegría. Descubrí que cuando mi vida parece no tener dirección y me siento perdida lo que realmente significa es que he perdido mi sentido de Ser Yo Misma. No estoy conectada con Quien Realmente Soy y con lo que vine a Ser aquí. Esta ha sido la tendencia cuando dejo de escuchar a mi propia voz interna y entrego mi poder a fuentes externas.

Anteriormente, cuando me sentía perdida, uno de las primeras cosas que hacía era buscar afuera las respuestas. Buscaba en libros, profesores y gurús con la esperanza que ellos me proveyeran la siempre elusiva solución.

Encontré que tener un punto de vista de "dentro hacia afuera" significa ser capaz de confiar completamente en mi guía interna. Es como si lo que yo siento, tiene un impacto en mi universo entero.

Si las cosas parecen retadoras, en lugar de tratar de cambiarlas físicamente empecé a examinarlas con mi mundo interno. Si estoy estresada, ansiosa, infeliz o algo similar, voy adentro de mi misma y tiendo a ser eso, primero. Me siento conmigo misma, camino en la naturaleza o escucho música hasta que logro centrarme en dónde me siento en calma y sosegada. Me doy cuenta que cuando hago eso, mi mundo externo también cambia y muchos de los obstáculos simplemente desaparecen sin que realmente haga nada.

Si me tomo el tiempo para buscar mi centro, sin importar lo que la gente a mi alrededor piense, muchos de los primeros bloqueos y tropiezos desaparecen una vez que soy consciente de mi conexión con el Todo, sintiéndome en calma y feliz. Recibo mucha claridad durante estas sesiones y simplemente, al estar centrada, muchos de los retos dejan de existir. 

Cuando vivimos completamente desde la mente durante un largo periodo, perdemos contacto con el ser infinito y luego empezamos a sentirnos perdidos. Esto pasa cuando estamos dedicados a hacer todo el tiempo, en lugar de ser. Lo segundo significa vivir desde el alma y en un estado de permitir. Permitirnos ser quienes somos, sin juicios. Ser no quiere decir que no hagamos nada. Es sólo que nuestros actos se derivan de seguir nuestras emociones y sentimientos, estando presentes en el ahora. Hacer por otro lado está enfocado en el futuro, con la mente creando una serie de tareas que nos tiene de aquí para allá con el fin de lograr un resultado en particular, sin contar para nada con nuestro estado emocional presente.

He descubierto que para determinar si mis acciones vienen del "hacer" o del "ser", sólo necesito mirar a la emoción detrás de las decisiones que tomo a diario. ¿Es miedo o es pasión? Si todo lo que hago cada día es dirigido por la pasión y el entusiasmo por la vida, entonces estoy "siendo", pero si mis actos son el resultado del miedo, entonces estoy "haciendo".

Anita Moorjani, "Muero por ser yo"






martes, 5 de febrero de 2013

Aprender a vivir



Lo que tiene que hacerse, tiene que hacerse. Aquello por lo que tienes que pasar, tienes que pasarlo. Cada cosa surge en tu vida en un determinado momento para ser vivida, para ser vivenciada. En el caso de que quieras huir de ella, sólo vas a retrasar el espinoso camino por el que tendrás que pasar obligatoriamente. Siempre que atraes un acontecimiento, una persona, una situación en tu vida, siempre que ese encuentro se dé (entre ti y aquello con lo que vas a ser confrontado), es porque es la hora de vivir eso al nivel más profundo que seas capaz. Si no lo deseabas o pensabas que no podías vivir esa situación, te habrías anticipado, habrías hecho otras elecciones que desembocarían en otras situaciones. Y en ese caso atraerías otras situaciones para vivir. Pero ha sido ésta situación que has atraído ahora, y ahora es el momento de vivirla. ¿Quieres un consejo? No huyas. Vive lo que tengas que vivir, aprende con la experiencia, y, sólo entonces, empieza de nuevo. No dejes de aprovechar esta oportunidad para vivir esta situación hasta el final, hasta el límite. Esta situación es ahora tu gran maestra. Es aquí donde vas a aprender, es aquí donde vas a evolucionar. Y cuando la tormenta haya pasado, cuando lo que haya que aprender haya sido aprendido, mira al cielo y podrás ver una estrella más que fue ahí colocada en tu honor. Y yo seguiré contigo. Protegiéndote dondequiera que vayas. 

Jesús

Alexandra Solnado, "El libro de la Luz". Este libro ha sido un gran descubrimiento para mí. En la página web de la autora en español, podéis acceder a un oráculo con los mensajes del libro: http://www.alexandrasolnado.net/Spanish/index.php

Este mismo mensaje es el que transmite Sergi Torres en este extra de la película "Yo, libre. Un viaje al instante presente" que ya compartimos en una entrada anterior de este blog.








viernes, 1 de febrero de 2013

Amar lo que Es



Adoro el trabajo de Byron Katie desde que lo descubrí hace ya varios años. No encuentro herramienta mejor para cuestionar nuestras creencias y suposiciones. Suelo recomendar su trabajo y su libro "Amar lo que Es". Casi me atravería a decir que es una lectura "obligada" si lo que quieres es ser feliz. Y su último libro, "Necesito que me quieran, ¿es eso verdad?" centrado en nuestras expectativas en las relaciones es todavía mejor. En esta web podréis ver alguno de sus vídeos en español: http://www.thework.com/espanol/

Se que lo simple, lo sencillo no tiene muy buena prensa. A nuestra mente le encanta la complicación, el razonamiento, la lógica. Pero siempre he intuido que tenía que haber una forma más sencilla de moverse por la vida, un camino más fácil. La verdad es simple y este texto que comparto hoy con vosotros me ayudó a soltar mucho lastre y caminar por la vida más ligera de equipaje. Deseo que tenga el mismo efecto en vosotros...

"Lo que necesito es lo que tengo"

Es facil ser absorbido totalmente por lo que crees que necesitas de una relación: "Necesito que estés sentado donde pueda verte. Necesito que me digas lo que estás pensando. Necesito que me digas la verdad. Que no me dejes nunca. que confíes en mí. Que me creas. Que seas puntual. Que mantengas tus promesas. Que sonrías. Que me des la mano en público. Que seas más extrovertido. Que me escuches. Que estés disponible. Que me ayudes. Que te cases conmigo. Que estés a mi lado. Que duermas conmigo. Que me des tu dinero. Que me cuides. Que estés de acuerdo conmigo. Que veas que no tienes razón. Que sepas cuándo quiero estar solo. Que sepas lo que necesito sin tener que decírtelo. Que seas menos sensible. Que seas más sensible. Que dejes de ser amigable con la gente que no me cae bien. Que seas más amable con mis amigos. Que cambies la música. Que me ames."

Ahora tus necesidades ya son familiares. Y sabes cuál es el efecto en tu vida cuando crees que tienes derecho a que sean satisfechas y no ocurre así. El resultado es una búsqueda imposible llena de separación, frustración y resentimiento.

Hay una ruta directa para entender tus necesidades. La ruta directa es simplemente algo que pones en práctica. Cuando estés listo puede suponer un gran alivio, como cuando llegas a casa después de un viaje muy largo. Y, si no estás preparado para ello, sé muy amable contigo mismo. Sé sincero respecto a lo que piensas que necesitas. Cuando una necesidad se convierte en dolorosa, usa la indagación (http://www.thework.com/espanol/) para cuestionarla, y si aún parece cierta, pídela: "Necesito que te acuerdes de mi cumpleaños y me llames. Por favor, escríbelo en tu agenda". Eso es vivir tu integridad en ese momento.

El camino directo es dejar que la realidad sea la guía de tus necesidades. "Lo que necesito es lo que tengo". Esto no es algo que haya que creerse. Es la forma que toman las cosas ahora, lo creas o no. ¿Qué aspecto tienen?

¿Cómo sabes cuándo no necesitas a los demás? Porque en esos momentos  no están en tu vida. ¿Cómo sabes cuando los necesitas? Porque están en tu vida. No puedes controlar las idas y venidas de la gente que te importa. Lo que puedes hacer es tener una buena vida, vengan o se vayan. Puedes invitarlos y ellos pueden venir o no. Y sea cual fuere el resultado, eso es lo que tú necesitas. La realidad es la prueba. 

¿Cómo sabes que no tienes que levantarte? Porque estás sentado. La vida se convierte en algo mucho más sencillo de esta manera. ¿Cómo sabes cuándo tienes que hacer algo? Porque lo haces. Pensar que tienes que hacer algo cuando no lo estás haciendo es mentira (adios "ego" ;)). Te hace estar en una posición incómoda, llena de vergüenza, culpa y frustración. Estás tumbado en la cama, te atascas con el pensamiento "tengo que levantarme", y no lo haces. La verdad es que no tienes que levantarte. No necesitas hacerlo hasta que lo hagas.

¿Intentas motivarte con el pensamiento de que necesitas hacer algo y acabas haciendo nada? Eso sería un descubrimiento interesante. "Tengo que hacerlo", es sólo un pensamiento. Prueba el efecto de la versión invertida: "No tengo que hacerlo", y date cuenta de que la única ves que necesitas hacer algo es cuando lo haces. Es un experimento maravilloso.

¿Piensas que tienes que tomar una decisión? No tienes que hacerlo, no hasta que se tome. Después, puede que te des cuenta de que tú no tomaste realmente la decisión: se tomó a sí  misma, justo a tiempo, en el momento en que tenías la información necesaria. ¿Cómo sabes que tenías toda la información necesaria? Porque la decisión se tomó.

El camino directo te hace que necesites y quieras lo que está ocurriendo delante de ti. Y lo que ocurre delante de ti sigue expandiéndose hasta que lleno se convierte en una palabra demasiado pequeña.

"Soy un amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque me duele cuando discuto con la realidad. Ningún pensamiento en el mundo puede cambiar eso. Lo que es, es. Todo lo que necesito ya está aquí ahora. ¿Cómo sé que no necesito lo que pienso que necesito? Porque no lo tengo. Así, todo lo que necesito me es provisto siempre."

Byron Katie, "Necesito que me quieran, ¿es eso verdad?"