lunes, 18 de junio de 2012

Sentir

En el libro de Albert Espinosa, "El mundo amarillo", hay un capítulo que se titula “No existe la palabra dolor”. Dice así: 

“¿Y si las inyecciones no duelen? ¿Y si en realidad reaccionamos al dolor tal como nos enseñan las películas sin percatarnos de si en realidad sentimos dolor? ¿Y si en realidad el dolor no existiese? David, gran pelón, del que poseo el 0,6% de su vida.

Cuando le oí decir que el dolor podía desaparecer simplemente por poner en duda que existiese me pareció una inmensa tontería y cuando me hablaba del umbral del dolor, entonces ya no entendía nada.
Fue aquel día cuando comprendí que dolor es una palabra que no tiene ningún valor práctico; al igual que el miedo. Son palabras que asustan, que provocan dolor y miedo. Pero en realidad, cuando no existe la palabra, no existe la esencia de lo que quieren significar.

Pienso que lo mismo que Albert aplica al dolor podría aplicarse a cualquier palabra y concepto como el miedo, la tristeza y no sólo las palabras que aparentemente llamamos negativas, sino quizás incluso las positivas como alegría, risa, etc.

Es cierto que las palabras están cargadas emocionalmente como fruto de nuestras experiencias vitales, lo que hace que no signifiquen ni provoquen lo mismo en una persona que en otra; como fruto del inconsciente colectivo que no es más que la suma de “varias mentes” y el condicionamiento.

Una simple palabra como “miedo” genera automáticamente una emoción asociada que hemos denominado de esta manera. O alegría, también genera una emoción con la que ha sido cargada durante años.

Cuando sentimos una emoción, que no es más que energía vibrando a una frecuencia determinada, y además le añadimos una palabra que también está cargada emocionalmente, ¿no le estamos añadiendo energía emocional a la que ya teníamos? ¿Nos ayuda entonces el nombrar las emociones al trabajar con ellas?

Al igual que comenta Albert en su libro, y si al sentir una determinada emoción, vibración energética, fuésemos capaces de verla sin nombrarla, es decir sin añadir en la ecuación como él dice un término que la defina y le añada energía emocional a la propia emoción. ¿Qué pasaría con la emoción si simplemente la sintiésemos sin nombrarla? Supongo que esto es lo que les pasa a los niños dado que hasta que no empieza el proceso de acondicionamiento no tienen la capacidad de añadir a la ecuación un factor, el nombre, que desconocen. Quizás en esta situación esté parte de la razón del porqué los niños no suelen apegarse a sus emociones…

Algo que he observado en mí misma y en la gente de mí alrededor o mis clientes es el miedo que le tenemos al sentir. Somos capaces de hacer cualquier cosa para escapar de emociones que no nos gustan o que no nos permitimos experimentar. No nos damos cuenta de que al reprimirlas o esconderlas las seguimos llevando con nosotros y a la vuelta de la esquina volverán a salir a la superficie de nuevo. 

No sólo nos cuesta estar en el sentir de aquellas emociones que denominamos negativas, también nos cuesta estar presentes con aquellas como el amor o la alegría o el reconocimiento. 

Últimamente y a raíz de lo que comento en el principio de la entrada me he dado cuenta que la razón de que nos cueste sentir, es decir estar presente con la emoción, es que al nombrarla automáticamente estamos llamando a la historia asociada a esa emoción. De hecho la emoción sin la historia asociada no es nada, simple humo. Tenemos miedo de sentir porqué nos hemos acostumbrado a "sentir la historia" no la emoción.

Es decir cuando la emoción aparece, le buscamos rápidamente una explicación, una razón de existir, algo que nos valide la emoción sin darnos cuenta que con este simple paso le estamos dando realidad, la estamos atando a nosotros. 

La historia asociada a la emoción nos dice que si nos damos el permiso de estar con ella, de simplemente sentirla totalmente abriéndonos a experimentarla, nos sumiremos en un pozo de dolor o sufrimiento. Pero eso es sólo una historia, un cuento que nos contamos y que como niños pequeños nos seguimos creyendo.

Hoy te propongo que la próxima vez que sientas una emoción del tipo que sea simplemente te digas a ti mismo "Siento", sin adjetivos, sin aditamentos, sin juicio o historia asociada. Como dice el Curso de Milagros, "Nunca estoy disgustado por la razón que creo", así que olvídate de tu lógica o de tu razón que te dicen que tú sabes el porqué de lo que estás experimentando. ¡Eso no es más que la historia que quiere que la sigas alimentando ya que si no lo haces, morirá! Después de decirte internamente "Siento", respira profúndamente y déjate llevar por esa emoción hasta el fondo, sin resistencia. Aunque sea sólo por un minuto, permite que esa energía te llene y te traspase.

Sé que sentir nos da miedo, yo soy la primera que lo he evitado de miles de maneras, pero te aseguro que lo que da miedo no es el sentir, es la historia que asociamos a la emoción que la justifica y la hace real.

Cuando nos permitimos sentir la emoción, sin sentir la historia asociada, nos damos cuenta de que eso a lo que tanto le temíamos no es nada, lo soltamos y nos sentimos libres. Ya no tenemos que seguir cargando con ese lastre.

El otro día uno de mis clientes me regaló una de las sesiones más bonitas que he tenido. Decía que se sentía pequeño, que siempre se comparaba con los demás para salir perdiendo. Evitaba ese sentirse pequeño y realmente había conseguido muchas cosas en su vida para evitar esa sensación. Nadie que le conociese diría que ese era su sentimiento o que tuviese motivos para sentirlo. Se podría decir que es un empresario de éxito. 

Las emociones ciertamente pueden ser un motivador, pero si la raíz está podrida, el árbol no florecerá. Todo lo que había hecho para no sentirse pequeño no había conseguido acallar esa voz. Así que le propuse sentirse pequeño durante cinco minutos, sin resistencia, sin historia, simplemente sentir la emoción. Decirle a ese sentimiento: "Aquí estoy, me rindo". Y empezó la sesión. Yo le observaba como su cuerpo se iba doblando, ciertamente haciéndose pequeño, empezó a esconderse detrás de las manos. En su rostro no había dolor, era como si se volviese niño. Y apareció la vulnerabilidad y le reté a sentirla en ese espacio seguro. Y empezó a llorar, no podía parar de llorar y al mismo tiempo sonreía mientras me decía: Iciar, hay ternura, debajo de ese sentimiento hay ternura. Nunca había experimentado eso hacia mí mismo. Hay ternura, y seguía llorando de alegría.

Cuando nos permitimos sentir y soltamos esa emoción siempre caemos en lo que somos que es amor, ternura, alegría, paz. Ese es para mi el gran regalo del sentir, devolvernos a lo que somos.

© Iciar Piera Iglesias 







lunes, 11 de junio de 2012

Barbecho


"La naturaleza no se apresura. Sin embargo todo se cumple" Lao Tzu

Barbecho, llevo varios días con esta palabreja en mi cabeza dando vueltas. No es una palabra que uno utiliza frecuentemente así que me intriga el porqué de su presencia en mi mente. Ya estoy acostumbrada a esas palabras, sensaciones o ideas que sobrevuelan mi cabeza enredándose en mi pelo y susurrando en mis oídos. Suelo prestarles atención ya que intuyo que vienen de un lugar en calma por eso su sentir es como un susurro, suave, pero persistente.

¿Qué queréis decirme con barbecho? pregunto. Me pregunto y abandono la necesidad de respuesta. No la busco, simplemente descanso en la interrogación. 

Y presto atención...
"Hay momentos de siembra y momentos de barbecho. Ambos son necesarios, ninguno es más valioso que otro. Ambos cumplen su función que aunque diferente en la forma, es la misma en esencia. Los momentos barbecho son momentos para ir hacia adentro, fluir con la vida sin planes, confiar en la sabiduría de tu naturaleza interna y arrancar esa maleza que te impide simplemente ser. Su belleza es diferente de la que vemos en los campos cultivados, en los que se acaba de sembrar o en los que están próximos a la recolección. Y para poder percibir esa belleza tendrás que utilizar una mirada diferente ya que tus ojos te mostrarán un terreno yermo, seco y agrietado. Son momentos para trabajar esa mirada interior, dejar atrás lo aprendido y aprender de nuevo sobre otras bases y con un maestro diferente. Son momentos en los que se pondrá a prueba tu paciencia ya que los ritmos no los marcarás tú, la tierra necesita su tiempo para regenerarse, recuperar su humedad y nutrientes."

Nuestros sueños necesitan de un terreno fértil para prosperar. En un mundo donde se valora tanto la acción, el hacer, el barbecho pone el contrapunto necesario para alcanzar el equilibrio. Me recuerda la "acción sin acción" o "acción sin esfuerzo" del Tao. Una imagen apropiada es el agua que parece no esforzarse en su acción natural. No está necesariamente quieta, ni tampoco pasiva, pero fluye naturalmente alrededor de los obstáculos y siempre llega a donde está yendo.

Dadas las prisas con las que nos hemos habituado a vivir, esta técnica está desapareciendo como muchas otras sustituidas por la producción constante que no sólo agota la tierra sino que genera productos sin sabor. Lo mismo ocurre en nuestra vida, hay momentos siembra y momentos barbecho y ambos son igualmente necesarios. Si renunciamos a alguno de ellos nuestra vida estará carente de sabor, color y aroma. Será como esos tomates que nos comemos durante todo el año, con una apariencia que llama la atención, perfecta, pero que en el fondo no saben a nada.

***Según la definición del diccionario se denomina "barbecho"  la tierra que no se siembra durante uno o varios ciclos vegetativos con el propósito de recuperar y almacenar materia orgánica y humedad. Durante el tiempo que permanece sin cultivar es sometida a una serie de labores con objeto de mejorar su predisposición al cultivo como arrancar viejas hierbas. 

"Sólo la paciencia infinita produce resultados inmediatos" UCDM. T5.VI.12.1

© Iciar Piera Iglesias







Siempre estuvo en mí


"Si no lo encuentras en ti mismo,
¿dónde lo encontrarás?

- Buda

Hace mucho tiempo, o así me lo parece ahora,
Antes de convertirme en quien soy hoy
Me veía como una pequeña taza vacía
Que ansiaba verse llena hasta el borde.

He buscado las respuestas durante tanto tiempo
En maestros a los que consideré muy superiores a mí
Probándome alas que simplemente no eran mías
Esperando que los vientos vinieran a elevarme.

Me sumergí en los libros, los nuevos y los viejos
Los rituales llegaron y se fueron
Con el tiempo el poder del talismán dejó de interesarme
Y nada de eso parecía celestial

La respuestas está dentro de tí, amigo
La respuesta está dentro de ti
La montaña no puede sostenerla
Los maestros no son sus sueños
La respuesta está dentro de ti

Una mañana, disconforme con el mundo que me había creado
Me miré al espejo, envuelto en lágrimas
Pero de pronto vi que en la cara que se reflejaba
No había rastros de anhelos ni temores

En ese momento vi muy claramente
Toda la sabiduría que había cosechado durante mi vida,
El alumno estaba listo, el maestro estaba allí
De una manera totalmente inesperada.

Nuestras vidas se balancean entre la ignorancia y la felicidad
Con una plegaria, la sabiduría divina nos encontrará
Y, sin embargo, nuestro pecado más grande es el temor a la existencia
Sabiendo que Dios vive dentro de nosotros

Por eso, no necesito las montañas, los libros ni las alas,
Ni necesito que alguien me salve
No, todo lo que necesito es encontrar todas la respuestas dentro de mí
Y obedecerlas con claridad y valentía

La respuesta está dentro de ti, amigo
La respuesta está dentro de ti.

Michael B. Putman y Catherine Wilson

Me encanta este vídeo de una artista que se llama Duhmhara, pura poesía...



PD: Comentaros a todos los que me habéis preguntado por Lourdes, a la que hacía referencia la entrada anterior de este blog, que está mejor. Quiere agradeceros a todos vuestras muestras de cariño que la hicieron llorar de algo, como dice ella, parecido a la felicidad. Yo también quiero agradeceros a todos los que me ayudasteis a llevar adelante este reto, en especial a los que generosamente dejasteis vuestro comentario sin conocerla ni saber nada de su situación. Gracias por demostrar que se puede dar amor de manera incondicional. :)) 







jueves, 7 de junio de 2012

Préstame tu llama...



"Aprendes todo lo que enseñas. Enseña solamente amor, Y aprende que el amor es tuyo y que tú eres amor. UCDM"

Esta entrada del blog es para ti Lourdes, para que recuerdes que nunca caminas sóla. Qué a pesar de que la oscuridad en ocasiones nos aprisiona, dentro de nosotros siempre hay una pequeña llama que nunca se extingue.

No estás sóla y te lo vamos a demostrar...

Si estás leyendo esta entrada hoy te pido tu ayuda. Seguro que en alguna ocasión te habrás sentido solo, triste, quizás tus fuerzas ya no te alcanzaban, no encontrabas sentido al vivir. Puede que en esos momentos tuvieses a alguien a tu lado que te acompañase, te tendiese una mano, te escuchase sin juzgarte, te permitiese sentir lo que estabas sintiendo transmitiéndote su apoyo y cariño, te recordase quien eres. O puede que ese no fuese tu caso y te hubiese gustado tener a ese alguien a tu lado en esos momentos. Si esa ha sido tu experiencia ahora puedes ser tú ese alguien para otra persona. ¡Solo el Amor cura, que gran verdad! Así que os pido vuestro Amor para una persona que no está pasando un buen momento. Si te sientes inspirado, escribe un comentario en esta entrada (en el blog) para que Lourdes pueda leerlos y sentir nuestro cariño. Añade tu pequeña llama a la nuestra para que la luz se expanda y pueda verla. ¡Préstame tu llama! Cuento con vosotros. Gracias, gracias, gracias...

Si te sientes inspirado a ello, comparte esta entrada para que más personas se sumen a este reto. GRACIAS.  ♥♥♥♥♥♥♥

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
   
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
   
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
  
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
   
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
   
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.

Mario Benedetti






lunes, 4 de junio de 2012

Delante del espejo




Delante del espejo reparamos en los pequeños detalles: los cambios en la piel, el cabello que hay que peinar, el cepillo de dientes moviéndose de un lado al otro.

Pocas veces nos miramos a lo más profundo de los ojos. ¿Has probado alguna vez, delante del espejo a olvidar los detalles contados arriba y hacer eso?

Ten por seguro que no verás cuanto hay de hermoso. O cuento de feo. La imagen te contará historias que no conoces sobre la persona que está al otro lado.

¿Y qué es lo más curioso? al cabo de un tiempo terminarás descubriendo que la persona que te devuelve la mirada tiene un misterio, una leyenda que cumplir.

No, no quiero quitarte la experiencia del espejo. Házlo tú mismo y lo descubrirás.

Paulo Coelho.

Te recomiendo este vídeo de la película Angel-A de Lucc Besson donde el protagonista se encuentra con su propio angel de la guarda que le ayuda a llevar a cabo la experiencia del espejo.