lunes, 29 de septiembre de 2008

Los fósforos



"Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestros interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxigeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pasa el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuales son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuales son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un sólo fósforo.

Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo."

Laura Esquivel. Como agua para chocolate

Y tú, ¿sabes cuales son tus detonadores?

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Iciar Piera Iglesias dijo...
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