"Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar..." Antonio Machado
Hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cuando insistimos en alargarla más de lo necesario perdemos la alegría y el sentido de las otras etapas que tenemos que vivir.
Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos,... no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron.
¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa de mis padres? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto cultivé... ¿ha desaparecido sin más?
Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por qué ha sucedido algo así. Puedes decirte que no darás un paso más hasta entender por qué esas cosas que eran tan importantes en tu vida se convirtieron de repente en polvo.
Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos, tus hijos, tu hermano. Todos ellos estarán cerrando ciclos, pasando página, mirando hacia adelante, y todos sufrirán al verte paralizado.
Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido.
El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver.
Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello.
Por eso es tan importante (¡por muy doloroso que sea!) destruir recuerdos, cambiar de casa, donar las cosas a los orfanatos, vender o dar nuestros libros. Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón.
Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar.
Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor.
Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte.
Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal".
Antes de comenzar un nuevo capítulo, hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad. Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante.
Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida.
Por lo tanto, cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.
DEJA DE SER QUIEN ERAS... Y TRANSFÓRMATE EN EL QUE ERES.
(Extraído de anotaciones de Paulo Coelho)
PD: Desconozco el autor de la imagen pero es preciosa.
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6 comentarios:
Llega en el momento adecuado. Gracias :-)
Muy buen tema Iciar, comparto totalmente lo que planteas, hay que aprender a cerrar los ciclos para comenzar otro. Lo importante es quedarse con lo que nos ha servido y hemos aprendido para comenzar lo nuevo, es decir re-inventarnos.
Muy buen post, un abrazo.
Germán.
¡Llega también justo cuando
necesitaba recordarlo!
Un abrazo Iciar,
Ana
Gracias a los tres por vuestros comentarios a este entrada del blog. Como dice Germán, es bueno quedarse con el aprendizaje y seguir adelante sin exceso de equipaje. Gracias, Iciar
Preciosa analogía del otoño, Iciar. Estoy buscando -como no- la sabiduría necesaria para saber de qué desprenderme en estos momentos para continuar mi camino y la fuerza necesaria para hacerlo... Ya te contaré... Un abrazo!
Imma, que alegría leerte en este espacio!!! Confía en tu sabiduría, esa parte de nosotros que ya SABE. Eres una GRAN MAESTRA, y no solo de tus alumnos!!! Un abrazo, Iciar
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