Has aprendido el amor condicionado de personas cuyo amor por ti ya estaba condicionado por su propia culpa y temor. Estos han sido tus modelos. No tienes por qué estar avergonzado de eso. Basta con que lo tengas en cuenta, con que lo admitas como un hecho.
Desde que eras un bebé fuiste condicionado a valorarte a ti mismo únicamente cuando la gente respondía positivamente a ti. Aprendiste a establecer tu autoestima externamente. Ese error fundamental se ha ido perpetuando a lo largo de tu vida.
La experiencia de tus padres no fue diferente de la tuya. Todos vosotros necesitáis sanar las mismas heridas. Todas las transgresiones/violaciones tienen que ser traídas a la conciencia para poder liberar las emociones vinculadas con ellas. Así es como todos los seres heridos pasan del amor condicional a la experiencia del amor sin condiciones.
En el proceso de curación aprendes a darte a ti mismo el amor incondicional que jamás recibiste de tus padres biológicos. Y en ese proceso «renaces», y vuelves a tener como padres no a otras figuras de autoridad, sino a la Fuente del Amor dentro de ti mismo.
Cuando aprendes a dar amor a la persona herida que tienes dentro, comienzas a invertir la creencia de que la autoestima tiene que estar basada en la respuesta de los demás hacia ti. Lentamente re-aprendes a valorarte tal como eres, aquí y ahora, sin condiciones. Nadie más puede hacerlo por ti. Los demás pueden ayudarte y animarte, pero nadie puede enseñarte a amarte a ti mismo. Ésta es una función de cada alma individual.
Cada alma viene a la experiencia física con la intención de abordar estos temas de la autoestima. Sin embargo, desde un periodo muy temprano de su estancia aquí, su capacidad natural para amar e incluir a otros en su experiencia queda condicionada.
Es esencial invertir estos condicionamientos. Si el alma deja el mundo físico creyendo que es víctima de su experiencia aquí, será atraído de nuevo a este lugar para des-aprender esa creencia. Sin embargo, si el alma despierta a la verdad de que su valía no depende de nada ni de nadie externo a su mente o experiencia, se establecerá en la Fuente del Amor y despertará del sueño de abuso.
Despertar del abuso significa rechazar la ilusión de que no eres digno de ser amado tal como eres. Demuestras amor dándotelo a ti mismo incondicionalmente. Y al hacerlo, atraes a tu vida a otros que son capaces de amarte sin condiciones.
El verdadero amor no cambia. Existe independientemente de la forma en la que se exprese. La Fuente de este Amor eterno, omnipresente e informe, está dentro de ti. Es allí donde debes poner tu fe, pues este amor es lo más seguro que llegarás a conocer. Y una vez que esté firmemente establecido en tu corazón, no tendrás que buscar la felicidad fuera de ti mismo.
La gente vendrá y se irá de tu vida. Algunos te tratarán bien. Otros no te tratarán nada amablemente. Aceptarás el amor que hay allí y verás la carencia de amor tal como es: un grito de alguien que está padeciendo y pide ayuda. Alentarás a otros a encontrar la Fuente del Amor dentro de ellos, tal como tú lo hiciste, sabiendo a ciencia cierta que tú no puedes arreglar sus pequeños problemas. La tragedia de sus vidas sólo puede ser abordada por su voluntad de mirar dentro de sus propios corazones y de sus propias mentes.
Quien ama sin condiciones no pone límites a su libertad o a la libertad de otro. No intenta retener el amor, ya que intentar retenerlo es perderlo. El amor es un don que tiene que ser dado constantemente, tal como demande cada situación. Y el dador siempre sabe cuándo y a quién debe ser dado este regalo.
No hay nada complicado en el acto amoroso. Sólo se torna complicado cuando se empieza a retener el amor, y, entonces, lo que se ofrece deja de ser amor.
El que se ama a sí mismo no tiene miedo de estar solo, porque estar solo es una oportunidad para amarse y aceptarse a sí mismo aún más profundamente. Si su amante le rechaza, ¿se siente indigno? ¿Siente lástima de sí mismo y se retira del mundo, o se enfrasca ciegamente en la búsqueda de un sustituto? No. Simplemente continúa respirando y extendiendo su amor con cada paso que da.
Quien se ama incondicionalmente no ama gradualmente ni imponiendo obligaciones. No busca alguien especial a quien amar. Ama a todo aquel que está ante él. Ninguna persona es más digna o indigna de su amor que otra. Éste es el tipo de amor que está naciendo ahora en ti, hermano y hermana míos. Éste es el tipo de amor que te ofrezco y que te pido que extiendas a otros.
Es muy claro. No puedes malinterpretar lo que te estoy diciendo. El amor sólo puede existir entre iguales. El amor sólo puede existir entre seres que han aprendido a amarse y a valorarse internamente.
El amor no toma rehenes. No regatea. No cede ante el miedo. De hecho, donde el amor está presente no pueden existir el temor ni su miríada de condicionamientos.
Desde que eras un bebé fuiste condicionado a valorarte a ti mismo únicamente cuando la gente respondía positivamente a ti. Aprendiste a establecer tu autoestima externamente. Ese error fundamental se ha ido perpetuando a lo largo de tu vida.
La experiencia de tus padres no fue diferente de la tuya. Todos vosotros necesitáis sanar las mismas heridas. Todas las transgresiones/violaciones tienen que ser traídas a la conciencia para poder liberar las emociones vinculadas con ellas. Así es como todos los seres heridos pasan del amor condicional a la experiencia del amor sin condiciones.
En el proceso de curación aprendes a darte a ti mismo el amor incondicional que jamás recibiste de tus padres biológicos. Y en ese proceso «renaces», y vuelves a tener como padres no a otras figuras de autoridad, sino a la Fuente del Amor dentro de ti mismo.
Cuando aprendes a dar amor a la persona herida que tienes dentro, comienzas a invertir la creencia de que la autoestima tiene que estar basada en la respuesta de los demás hacia ti. Lentamente re-aprendes a valorarte tal como eres, aquí y ahora, sin condiciones. Nadie más puede hacerlo por ti. Los demás pueden ayudarte y animarte, pero nadie puede enseñarte a amarte a ti mismo. Ésta es una función de cada alma individual.
Cada alma viene a la experiencia física con la intención de abordar estos temas de la autoestima. Sin embargo, desde un periodo muy temprano de su estancia aquí, su capacidad natural para amar e incluir a otros en su experiencia queda condicionada.
Es esencial invertir estos condicionamientos. Si el alma deja el mundo físico creyendo que es víctima de su experiencia aquí, será atraído de nuevo a este lugar para des-aprender esa creencia. Sin embargo, si el alma despierta a la verdad de que su valía no depende de nada ni de nadie externo a su mente o experiencia, se establecerá en la Fuente del Amor y despertará del sueño de abuso.
Despertar del abuso significa rechazar la ilusión de que no eres digno de ser amado tal como eres. Demuestras amor dándotelo a ti mismo incondicionalmente. Y al hacerlo, atraes a tu vida a otros que son capaces de amarte sin condiciones.
El intento de encontrar amor fuera de ti mismo siempre fracasa, porque no puedes recibir de otro algo que no te has dado a ti mismo. Cuando te niegas a dar amor, atraes a tu vida a otros que están haciendo lo mismo. La experiencia de amor incondicional empieza en tu corazón, no en el de otra persona. No condiciones tu capacidad de amarte a ti mismo a la capacidad de amarte que tengan otros. No pongas tu fe en los condicionamientos que rodean al amor o en la forma en que se presenta. Pues los condicionamientos no son permanentes y están sujetos a las vicisitudes de la vida cotidiana.
El verdadero amor no cambia. Existe independientemente de la forma en la que se exprese. La Fuente de este Amor eterno, omnipresente e informe, está dentro de ti. Es allí donde debes poner tu fe, pues este amor es lo más seguro que llegarás a conocer. Y una vez que esté firmemente establecido en tu corazón, no tendrás que buscar la felicidad fuera de ti mismo.
La gente vendrá y se irá de tu vida. Algunos te tratarán bien. Otros no te tratarán nada amablemente. Aceptarás el amor que hay allí y verás la carencia de amor tal como es: un grito de alguien que está padeciendo y pide ayuda. Alentarás a otros a encontrar la Fuente del Amor dentro de ellos, tal como tú lo hiciste, sabiendo a ciencia cierta que tú no puedes arreglar sus pequeños problemas. La tragedia de sus vidas sólo puede ser abordada por su voluntad de mirar dentro de sus propios corazones y de sus propias mentes.
Quien ama sin condiciones no pone límites a su libertad o a la libertad de otro. No intenta retener el amor, ya que intentar retenerlo es perderlo. El amor es un don que tiene que ser dado constantemente, tal como demande cada situación. Y el dador siempre sabe cuándo y a quién debe ser dado este regalo.
No hay nada complicado en el acto amoroso. Sólo se torna complicado cuando se empieza a retener el amor, y, entonces, lo que se ofrece deja de ser amor.
El que se ama a sí mismo no tiene miedo de estar solo, porque estar solo es una oportunidad para amarse y aceptarse a sí mismo aún más profundamente. Si su amante le rechaza, ¿se siente indigno? ¿Siente lástima de sí mismo y se retira del mundo, o se enfrasca ciegamente en la búsqueda de un sustituto? No. Simplemente continúa respirando y extendiendo su amor con cada paso que da.
Quien se ama incondicionalmente no ama gradualmente ni imponiendo obligaciones. No busca alguien especial a quien amar. Ama a todo aquel que está ante él. Ninguna persona es más digna o indigna de su amor que otra. Éste es el tipo de amor que está naciendo ahora en ti, hermano y hermana míos. Éste es el tipo de amor que te ofrezco y que te pido que extiendas a otros.
Es muy claro. No puedes malinterpretar lo que te estoy diciendo. El amor sólo puede existir entre iguales. El amor sólo puede existir entre seres que han aprendido a amarse y a valorarse internamente.
El amor no toma rehenes. No regatea. No cede ante el miedo. De hecho, donde el amor está presente no pueden existir el temor ni su miríada de condicionamientos.
Paul Ferrini (Amor Sin Condiciones)
PD: La foto fue tomada desde la ventana de mi casa hace unos meses.
3 comentarios:
Me enriquece el texto y la foto. Preciosa Iciar!
Aunque me ha costado entrar en el sentido del texto, una vez asimilado, parece que lo has puesto a propósito para argumentar y aclararme, la situación de un familiar. Gracias Iciar, que oportuna.
Gracias Anonimo y gracias Luchy por vuestros comentarios. Luchy me alegro que te haya ayudado a poner luz en una situacion familiar. Un abrazo, Iciar
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